martes, 23 de abril de 2013

AGUA


Nunca hubiera imaginado que de un solo vistazo, de izquierda a derecha, pudiera ver el agua en sus tres estados, sin echar mano de los libros que tan bien nos explicaban esta característica única del líquido primordial. Me fascinaba ver cómo los pedazos enormes de hielo se desprendían del inmaculado glaciar, viajaban a través del improvisado lago semihelado y, tras un corto paseo, desembocaban en el embravecido mar que, como si desconociera su orígen, refunfuñaba con chirridos propios de los frenos del tren ante la presencia solemne del hielo azul. La mirada se dirigía entonces por encima del glaciar, intentando divisar el brillantísimo horizonte, que poco a poco se iba tiñiendo del rojo plateado de estas latitudes; allí, al fondo, podía distinguir débiles columnas de humo que se elevaban al cielo...un humo blanquecino que oscilaba con el viento del norte; eran las fumarolas de tierra adentro. No me había percatado del hecho, pero poco a poco el frío intenso del atardecer me hizo despertar del letargo de los sentidos ante tal espectáculo natural...todo lo que veo es agua...y más agua...esto es de lo que tantas veces me hablaban en la escuela...los tres estados básicos. Y una idea fugaz me pasó por la cabeza, pero el momento era tan intenso, que la aparté de inmediato para poder disfrutar de las voces del mar...
Al día siguiente, recordé la experiencia del agua, y pensé en la encarnizada lucha del agua contra ella misma, en todas sus versiones: desprendiéndose del glaciar con un ruido sordo, para caer en forma de bloque contra las tranquilas aguas del lago, generando olas y espuma..tras ese primer "asalto", todo queda en tablas: el lago deja desplazarse al bloque, hasta dar con las olas del mar; ahí es donde empieza la lucha encarnizada del bloque contra el enfurecido mar... Y en el horizonte, los hilos de humo que se desprenden de la fumarola se pierden en la distancia, trasformados en microgotas que volverán a caer en la superficie para seguir su ciclo, luchan por salir enfurecidos de la tierra incandescente, un gas que hace temblar la tierra en sacudidas espasmódicas, a intervalos de reloj. Hasta el agua intenta imponer su "estado"...o sea, que nos diferenciamos poco de nuestra "ESENCIA"...





2 comentarios:

  1. eres tremendo!!! ademas de hacer unas fotos preciosas , escribes bien! q es lo q tu no sabes hacer????? un besazo doktorrrrrrrrrrrr

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  2. Maravilloso, Fran! me encanta tu forma de expresarte, tanto en imágenes como en palabras. Te sigo. Un abrazo, Compañero!

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